El fallo del Tribunal Latinoamericano del Agua es una victoria muy importante, el impacto interno y externo debe dolerle mucho al gobierno actual, a la derecha y a Yanacocha. Es un paso más del largo camino que hay que recorrer para tener un Cajamarca y una región andina sin contaminación minera, con sus aguas protegidas: Glaciares, lagunas, bofedales, manantiales, nacientes de ríos, cabeceras de cuenca, etc.
Otro aspecto de la guerra por el agua y la no contaminación andina por la actividad minera es enfrentar la guerra de baja intensidad que está en marcha.
La guerra de baja intensidad es una estrategia ideológica, política, psicosocial, meditada, planificada, aplicada a la medida para aniquilar a quien se opone a los intereses del imperialismo, los monopolios, la actividad minera en nuestro caso. Frente a esta guerra hay que estar atentos y emplear también una estrategia ideológica y política para demoler esta guerra mediática y psicosocial desatada contra las fuerzas democráticas y progresistas en Cajamarca y en todo el Perú.
Porque para la derecha, el poder burgués y los intereses de las transnacionales. La lucha de Cajamarca puede ser la chispa que incendia la pradera, para avanzar en la verdadera liberación de la explotación capitalista, en el propio campo de la lucha democrática, electoral, de voto a voto, para asumir el gobierno y cambiar de rumbo a otro país latinoamericano, como ya lo están haciendo varios, y parece que ya no tendrán retorno, por lo menos por poco tiempo, al dominio imperialista.
a esta guerra de baja intensidad, hay que entenderla, analizarla, precisar sus objetivos, estrategias y diseñar la defensa y la propuesta de una alternativa nacional, patriótica y de liberación del dominio imperialista.
En esta guerra, no está sólo el territorio de Conga en juego, o de Cajamarca, en esta guerra, está en juego el futuro del destino de la región y el Perú. Está en juego también el destino de América Latina, el destino de la minería extractiva, del agua, del medio ambiente, de la verdadera lucha contra la pobreza, el atraso de la sierra, del sector rural, de la agricultura andina, de la identidad regional y nacional.
En esta guerra se juegan muchos intereses tácticos y estratégicos, debemos tener claridad en este sentido. El sector progresista, democrático, que defiende el medio ambiente, el agua, la identidad regional, etc. y que se conjuga en la consigan de "CONGA NO VA", tiene que tener claro que no sólo está luchando contra un periodista, un canal, un político renovado, un empresario dependiente hasta el último centavo de la minera, ellos son la punta visible que han puesto al frente los verdaderos intereses estratégicos del poder económico, político e ideológico de perpetrar el poder al servicio del imperialismo, el gran capital, la sobre explotación de las grandes mayorías, la postración del Perú por mucho tiempo más. Ellos son los portavoces, como reproductores mecánicos, a cambio de un puñado de monedas, que a nombre del supuesto desarrollo, la supuesta paz, y el supuesto colapso económico y turístico de Cajamarca, no tienen el menor pudor de vender su conciencia, poder al servicio su medio de comunicación o aprovechar sus viejas tretas políticas al servicio de esta guerra de baja intensidad en contra de la marcha indetenible de forjar un Perú con nuevo rostro: de indio, de serrano, de pobre, de obrero, de campesino, de pequeño empresario, de dignidad, de cultura nacional, de poder popular que se yergue por todo lado. Cuidado con confundir poder popular al estilo de ronda campesina de Chota, con la propuesta terrorista de exterminio de Sendero. Que es la otra cara de la que la derecha sabrá utilizar muy bien para combatir toda propuesta que se forja por un Perú de y para los verdaderos peruanos.
Atte.
Dr. Jorge Tejada Campos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario