¿Por qué debemos defender y proteger a las
cabeceras de cuenca?
Introducción.
Laguna El Perol - Desaparecería por la actitud prominera de Ramiro y Goyo. |
Luego
regresan nuevamente como lluvia –al terminar el proceso de evaporación en alta
mar- a las montañas donde están localizadas las empresas mineras. El agua nunca se pierde.
Además en
esta jalca cajamarquina llueve en
promedio 30 – 50% más (1200mm/año) que en los valles interandinos. Lo que pasa
en la parte alta de la cuenca tiene su repercusión inmediata en la parte
intermedia y baja. Para mala suerte de los campesinos que viven en esta zona
desde tiempo inmemoriales, donde nace el agua en los acuíferos[1]
también se halla el oro, diseminado en pequeñas partículas en las rocas por
explotar. Están juntos y inseparables, el agua y el oro, la famosa maldición de los incas.
Yanacocha
trabaja al tajo abierto, usa el cianuro tóxico durante el proceso de
lixiviación –en las canchas- para atrapar el oro y solo propala la idea
públicamente que apenas “impacta” al
medio ambiente. O sea, ha difundido y
manipulado la idea que su proceso
tecnológico es limpio, no contamina y que responsablemente estaría respetando
las leyes, normas y al medio ambiente. Se presenta como una minería inocua, que no hace daño. Sin
embargo, está probado que su proceso tecnológico utiliza ingentes cantidades de agua por
extraer el oro de una tonelada de rocas y tierra y que para esta necesita
mínimamente 3M3 de agua[2],
y 200 g de cianuro. Mueven en la actualidad
alrededor de 600 000 toneladas métricas de roca/tierra/día. “Legalmente”
Yanacocha ha conseguido permisos fraudulentos por gastar agua –sin pagar un
solo sol- hasta por 900L/s, más de cuatro veces la cantidad que consume la
ciudad de Cajamarca[3].
Contaminación de las aguas[4]
Desde el
año 1994 aparecen las primeras denuncias por la contaminación del agua y la muerte
repentina de truchas, entre otros animales muertos, dentro de circunstancias no
esclarecidas hasta la fecha en la zona aledaña al cerro Quilish[5].
Existe un estudio exhaustivo del ministerio de salud que da cuenta que durante
1991 y 1992 las aguas fueron limpias, cristalinas, sanas, sin la presencia de
metales pesados y con un nivel de pH neutro. A partir de 1993[6]
esta situación varía sustancialmente.
Cuando
aparecen las primeras trazas de metales en el agua potable la mina responde que
es normal, porque se encuentran dentro de los límites máximos permisibles
(LMP). En otras palabras, antes que se explotaba el oro, el agua sí estuvo
pura, sin estar contaminada y ahora sí
existe contaminación – aún por debajo de los LMP- y según la minera ésta
es legal y que no es nociva.
Yanacocha
y su aparato propagandístico, con la
ayuda de la prensa comprada y de las autoridades corruptas de Cajamarca,
“bombardea” a la opinión pública permanentemente la idea de que la
contaminación – el término nunca es aceptado por la empresa- corresponde
legalmente a las leyes peruanas.
Lo que
quieren decir es que no contaminan, pero sí impactan al medio ambiente
y al agua. Por todo esto se creen una minería “inofensiva” y en términos
tecnológicos utilizarían una tecnología segura, internacionalmente aceptada y
consagrada. Demás está decir que esta minería reposa en tecnologías obsoletas.
En suma, hay que erradicar de nuestro análisis ambientalista – de una vez por
todas- la palabra afectada, porque
suena anodina, casi no pasa nada. No.
Esta minería y su tecnología son destructivas y contaminantes.
Las leyes
peruanas actuales no han contemplado una rigurosa fiscalización
técnica-científica, evocando únicamente
a la buena fe o suponiendo que nada y nadie esté cometiendo a priori un delito ambiental. Dado que
la suposición cimentada escrita difunde la errada idea de una minería moderna.
¿Para qué entonces evaluar los procedimientos técnicos? En esta lógica todo
monitoreo profundo y científico del agua es una perdida de tiempo.
Los estudios
de impacto ambiental (EIA) son otra falacia. Todos los EIA están escritos con
frases gramaticales de suponer, presentir o estimar, cuyo valor científico es
cero. Parece más bien a un tanteo de buenas intenciones. En ciencias
exactas- como p.e. medir la cantidad y calidad de las aguas- de lo que es
medible, allí no caben las menores dudas, ni tanteos, ni especulaciones. No es
sensato, solo tiene entrada al terreno
de la mera especulación. Esto pertenece a la ciencia ficción. Un EIA
generalmente trata de avizorar escenarios futuros, cuando la historia minera
acerca de la destrucción y contaminación de las aguas, sobre todo en las
cabeceras de cuenca ya hace rato aporta muchos elementos técnicos-científicos
valiosos para su análisis correcto e histórico.
Pronosticar
el futuro de la calidad y cantidad de aguas es un tema recurrente en los EIA.
Pero pronosticar es incierto, no es afirmativo ni inequívoco. Va en contra de
los principios básicos de la ciencia exacta, cuando se mide el agua. Los
resultados en ciencias exactas son irrefutables. Porque son valores
reales. Sobran bastantes pruebas
históricas que muestran que esta
tecnología minera es – valga la redundancia- contaminante
y destructiva. Todas estas pruebas científicas-técnicas nunca fueron evaluadas
durante la elaboración de un EIA, hechos por consultorías ligadas
íntimamente a Yanacocha. Devienen y son “juez
y parte”.
Destrucción de las fuentes de agua y
descenso de la napa freática
Por otro
lado, lo que se constata también es que la napa freática está en continuo
descenso, más de 130 metros[7].
Esto es el caso del proyecto minero La Quinua, que es la parte alta de la
sub-cuenca del rio Grande, al lado este del cerro Quilish[8].
En otras palabras, la capacidad del acuífero en su recarga durante la época de
la lluvia es prácticamente nulo o inexistente[9].
La
intensa actividad minera ha cambiado el paisaje natural. Todos los cerros que
contienen el oro son destruidos, movidos o desplazados a otros lugares. Nada
recuerda al paisaje original. Los “nuevos cerros” tienen una altura de
construcción de 150 metros, más de 30 metros que la altura recomendada[10].
Las geomembranas que debieron proteger al suelo y retener las filtraciones que
contienen los metales pesados y aguas ácidas se rompen por el excesivo peso al
que son sometidos[11].
La vida
útil de una geomembrana de un espesor de una pulgada bordea apenas los 30 años.
Al producirse un evento desastroso, p.e. una filtración las aguas contaminadas
llegarían en menos de media hora a la ciudad de Cajamarca. Otro es el drenaje
de aguas cianuradas que fluyen descontroladamente hacia los ríos y quebradas.
Por ello, este daño ambiental es irrecuperable, es un hecho irreversible. No
hay tecnología en el mundo que pueda remediar o solucionar a esta destrucción,
es inejecutable.
Este
proceso destructivo es muy lento, dado que la explotación minera es gradual y
que no se detiene nunca, realizando trabajos mineros las 24 horas del día. Poco a poco las aguas
subterráneas, las lagunas y manantiales desaparecen, son desviadas hacia otras
partes, hacia debajo de los cerros o simplemente son desterrados de su cauce natural[12].
Las lagunas Yanacocha y San José hoy ya no existen. El acuífero nunca más recupera su estado natural,
similar a de el antes del inicio
de la explotación minera.
Incluso
al inicio y durante la época de las lluvias se observa constantemente que el
río Porcón y Grande, principales abastecedores del agua potable cargan y
arrastran muchas aguas turbias[13],
más de lo usual en comparación con décadas anteriores. Esta es una señal
contundente que las lluvias no son inmovilizadas ya que corren muy rápido desde
la parte alta hasta la baja de la cuenca. Lo que impide la habitual recarga de
almacenamiento del acuífero.
Allí está
el verdadero daño hidrológico que frecuentemente genera esta tecnología
empleada. Una vez que se ha destruido al
acuífero, ya está perdido para siempre.
El agua
superficial y subterránea que componen un acuífero son como las venas que
transportan nuestra sangre. Arruinadas las venas, el cuerpo que las sostiene
muere. Se vuelve exangüe.
Los que
antes fueron cerros verdes con agua, con floreciente vida; al final de una
explotación minera han desaparecidos, ahora los “nuevos” cerros erguidos en las
canchas de lixiviación dan un testimonio de abandono y tristeza. Por eso es que
no tenemos agua en la ciudad de Cajamarca[14].
Durante
la última visita -organizado por el
Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca- al cerro Quilish el día domingo 11 de
setiembre se verificó in situ
una vez más
la contaminación y escasez de agua. Esta situación ya era un hecho público hace
años.
Se
constató que al comienzo del río Grande se encontraban cuatro grandes tuberías
de plástico de Yanacocha, donde bombeaban aguas recicladas, tratadas y contaminadas.
En todo el río Grande, en aguas más
abajo se juntan estas aguas con otros afluentes, tanto en la parte alta, como
cuando durante todo su recorrido se
mezclan. Sin embargo, estas ya no son aguas crudas ni limpias cuando son
captadas por la planta de tratamiento de agua potable “El Milagro” (sic). Esta
planta no está en capacidad de detectar a tiempo la presencia de metales
pesados, porque apenas realiza una sola muestra de análisis de agua al mes, absolutamente
insuficiente para la ciudad de Cajamarca.
La
terrible escasez de agua que sufre la población en Cajamarca para nadie ya no
es un secreto. ¿Cuántos litros de agua/día consumen en la actualidad un
cajamarquino? Para una población de aproximadamente 250 000 habitantes
estaríamos hablando de algo mas de 50 litros/día[15].
Estos son niveles africanos, porque
la FAO exige de por lo menos un consumo mínimo de 40 litros/día. Apenas son cuatro
baldes de agua.
Propuesta
Por todo
lo expuesto, exigimos la prohibición inmediata de cualquier actividad
extractiva en las cabeceras de cuenca y
por tanto una iniciativa legal del nuevo Congreso de la República en promulgar
una ley de protección e intangibilidad.
Cajamarca,
1 de octubre del 2011
M.S.c.
Ing. Reinhard Seifert
Asesor
Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca
C.E.
278095
Del
Comercio 464 – Cajamarca-Perú
Cél.: 954
189 418
[1] Un acuífero es un colchón de agua, una esponja de agua, un almacén
que tiene la capacidad de carga y recarga en la época de las lluvias. En
Cajamarca es de formación rocosa de origen volcánico y existen manantiales que
aportan con 10L/s durante la sequia. Yanacocha reconoce al acuífero:
Regionalmente, la hidrogeología está gobernada por la presencia de un acuífero
volcánico, que alimenta con aguas subterráneas a lagunas, pantanos y quebradas
y que origina la presencia(sic) de manantiales de hasta 10L/s de caudal durante
el estiaje.EIA Yanacocha,(1992:pp.3).
[2] Perfil técnico para la declaratoria del área de conservación
municipal de los Baños del Inca en las microcuencas de los ríos Quinuario,
Mashcón y Grande, (2006:pp.27).
[3] Yanacocha: Gestión de los recursos hídricos en las cuencas con
localización minera, (2007:pp.16).
[4] Consultar el concepto científico y las pruebas científicas acerca de la contaminación de las aguas al
documento: contaminación de las aguas y otros casos –desde 1994 hasta la fecha
– provocado por la empresa transnacional Newmont Mining Corporation (Yanacocha)
–Cajamarca/Perú, Seifert (2006, p.10) y Yanacocha, ¿el sueño dorado?, tomo I,
(2003, p. 210).
[5] En setiembre del año 2004, demostramos como en base a un trabajo
planificado, organizado y conjunto, logramos unir campo y ciudad para evitar
que se explote el cerro Quilish a pesar de que minera Yanacocha utilizó su
poder local, nacional e internacional para evitarlo; fue la generosa
participación de la población que nos permitió triunfar en esta histórica
lucha, no olvidemos que Cajamarca fue el
único pueblo en el mundo que hizo retroceder a la compañía norteamericano
Newmont.Salas,(2010:pp.4).
[6] El 7 de agosto de 1993 se produce la primera onza de oro en
Yanacocha.
[7] Lineamientos para un sistema integral de monitoreo de aguas,
Gobierno Regional de Cajamarca (2007:pp.24) y consultar EIA Yanacocha Oeste,
Volumen III (2006:pp.1317-1329).
[8] El cerro Quilish produce en promedio anual alrededor de 450
litros/segundo, o sea que es más del
doble del consumo de la ciudad de Cajamarca (aproximadamente 200L/s) y
consultar Ordenanza Municipal MPC-0122/2000.
[9] A esto contribuye también el trabajo minero de las perforaciones
diamantinas a más de 1800 metros de
profundidad, que succionan y bombardean el agua. Resultado concreto: se
secan las venas de las aguas subterráneas. Además las plataformas para las
perforaciones no cuentan con protección para minimizar la contaminación del
suelo y el agua subterránea, causado por los fluidos de perforación o hidrocarburos.
[10] INGETEC S.A. (2003:pp.6-22).
[11] Evento sucedido con mercurio el día 11-09-2002, comunicado
Yanacocha 16-09-2002.
[12] Un tema recurrente en las entrevistas realizadas con campesinos
afectados por la MYSA es la reducción en la cantidad de agua que fluye en los
arroyos y canales que provienen del terreno de la mina. Muchos entrevistados
hablaban de tal reducido flujo de agua, con el flujo reducido constantemente o
esporádicamente y las privaciones creadas en consecuencia ……………………………..La MYSA
tiene permiso para retirar 0.65 litros de agua por segundo de la laguna
Plateros, y a 0.20 litros por segundo de la laguna Yanacocha. En agosto 1994
Leonard Harris, entonces gerente general de la MYSA escribió al Ministerio en
apoyo de la aplicación de la MYSA para aumentar su cuota de usa para las aguas
de la laguna Yanacocha de 0.15 a 0.20 litros por segundo…………………………………..La
aplicación informa que la descarga natural de la laguna Yanacocha es de 0.30
litros por segundo, de los cuales la MYSA pidió y recibió permiso para usar
0.20 litros por segundo, o dos tercios del total. No es difícil de ver porqué
las comunidades de campesinos abajo se han quejado de un reducido suministro de
agua. Un informe sobre los impactos medioambientales, sociales y culturales de
Minera Yanacocha S.R.L. (1999:pp.4).
[13] Hecho reconocido por SEDACAJ (empresa de agua potable), comunicado
10-12-2002.
[14] Caudales de las corrientes: En concepto del equipo de auditoria y
evaluación ambiental, no son suficientemente profundos y confiables las evaluaciones
disponibles sobre el impacto de las operaciones mineras en los caudales mínimos
naturales de las fuentes y, mientras no se corrija esta situación, existirá
como riesgo la posibilidad de que disminuyan estos caudales y que se afecte al
abastecimiento a largo plazo de aéreas como el valle de Cajamarca. INGETEC
S.A.(2003:pp.22)
[15] El poblador limeño consume 150 litros/día.
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