José Ramos Bosmediano, Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales,
miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas (Red SEPA,
Canadá), ex Secretario General del SUTEP (Perú)
A escasos días del inicio de la
huelga indefinida del pueblo de Cajamarca, es decir, una paralización de
actividades productivas, de comercio y administrativas en toda esa región del
Perú, convocada por los Frentes de Defensa de las provincias y distritos bajo
la conducción del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca (FEDAC), principal organización de
la Coordinadora Regional de Frentes de Defensa de la misma región, todo indica
que la medida de lucha se realizará de todas maneras. En ese sentido, las declaraciones
del Primer Ministro Óscar Valdés Dancuart, Coronel retirado del Ejército
Peruano y empresario fujimontesinista, expresan la posición del gobierno del
Presidente Ollanta Humala sobre la vialidad irreductible del Proyecto Conga de
la empresa Newmont-Yanacocha (La
República de Lima, 25/05/2012, p. 10.
En efecto, Valdés ha ratificado que su gobierno “hará respetar el Estado
de Derecho” en Cajamarca, amenazando a los defensores del medio ambiente en esa
región con la militarización y la represión correspondiente, tal como viene
ocurriendo en la Provincia de Espinar (Cuzco) donde hasta el Alcalde herido de
bala. Al mismo tiempo, el Primer Ministro ha ordenado a la minera
Newmont-Yanacocha reiniciar sus actividades depredadoras en el Conga.
Para una mejor comprensión del
conflicto social en Cajamarca en torno a la defensa de la cabecera de cuenca
Conga, sobre todo por quienes no son peruanos o no viven en el Perú, es
necesario establecer algunos elementos del contexto en que se producen los
hechos.
El Perú, “país
minero”
Qué duda cabe sobre la abundancia
de metales en el territorio peruano. Los
tratados y textos escolares describen al Perú como un país eminentemente
minero, tergiversando la realidad de un país donde, históricamente, han sido la
agricultura y la ganadería los principales sustentos de nuestra población,
desde la larga etapa autóctona o prehispánica hasta nuestros días. “País polimetálico” se le denomina al Perú,
como si el tener abundantes y variados metales fuera la base de nuestro desarrollo
integral y sustentable.
Siguiendo el modelo colonial, el
poder político y económico dominante durante los casi 200 años de vida
republicana ha logrado sembrar esa idea exclusivamente pro minera en una gran
parte de la población, por no decir en la mayoría, lo que ha permitido a los
grandes empresarios mineros de fuera y dentro del país convertirse en los
principales barones de nuestra economía dentro del grupo de la burguesía
dominante; pero también ha convertido al Perú en un país sin capacidad suficiente
para producir toda la alimentación que requieren los 30 millones de
peruanos. Aunque el Presidente Humala
diga lo contrario, el oro y los metales valen más que el agua y el medio
ambiente, es decir, valen más que agricultura: “Conga va” lo dice claramente.
El Perú es, principalmente, un
país de tradición agrícola, con más de 80 pisos ecológicos que pueden sustentar
una gran producción de alimentos de no menos grandes variedades de especies
comestibles. Esta tradición ha sido
abandonada y actualmente se privilegia la gran agricultura de exportación en
manos de una nueva capa burguesa terrateniente, cuyo poder le permite
monopolizar las tierras irrigadas por el Estado, como son los casos de
Chavimochic y Olmos, principalmente.
En lo que se refiere a Cajamarca,
esta es una de las 26 regiones en que está dividido el territorio peruano desde
los inicios del presente siglo, sobre la base de los antiguos departamentos,
con la definición de la ciudad de Lima Metropolitana (8 millones de habitantes)
como nueva región.
La región Cajamarca está situada
en la parte norte del territorio peruano, teniendo como eje orográfico la
cordillera de los Andes centrales y occidentales, siendo, fundamentalmente, una
región serrana, pero que, en su parte nororiental, tiene un componente
amazónico de selva alta con clima tropical.
En la parte de sierra, Cajamarca
posee grandes yacimientos de oro, plata y cobre, principalmente. El oro es el metal que otorga a esa región su
capacidad de mayor atracción a los grandes empresarios mineros. Hay que recordar que en la historia de la
conquista del Perú por las huestes españolas comandadas por Francisco Pizarro,
fue en la ciudad de Cajamarca, capital de la región, donde fue sorprendido,
apresado y asesinado el Monarca incaico Atahualpa, quien tuvo que llenar de oro
y plata un cuarto de regulares dimensiones para salvarse de la muerte, lo que
no ocurrió, pues los españoles se apoderaron de los metales y le dieron muerte
al inca acusándole de blasfemo contra el dios cristiano que traían los
conquistadores. En la actual plaza de
armas de la ciudad existe aún el denominado “Cuarto del Rescate”.
Cajamarca es una región que se
acerca a los 2 millones de habitantes, cuyas actividades fundamentales para su
vida son la agricultura y la ganadería, habiéndose convertido en la segunda
región productora de leche de ganado vacuno, que ha dado origen a pequeñas
empresas productoras de queso y mantequilla, pero que la mayor parte de su
producción lechera es comprada por la empresa monopólica Gloria. Ya se entenderá, entonces, el gran valor del
agua para la vida económica y social de una gran población campesina que habita
en la región y también para los habitantes urbanos de no menos de cien ciudades
cajamarquinas.
Las cabeceras de cuenca, extensas
alturas andinas que ascienden hasta por encima de los 4000 m. s. n. m., están
conformadas por vertientes de agua subterránea, numerosas lagunas y pequeños
ríos que, al discurrir desde las alturas, dan origen a ríos más grandes que
alimentan la cuenca amazónica y la cuenca del Pacífico en la parte norte del
Perú, otra razón para definir la gran importancia de las cabeceras de cuenca en
el Perú andino y no solo en Cajamarca.
La tradición de lucha
del pueblo de Cajamarca
Como en el resto del Perú, en
Cajamarca la población se ha organizado, desde los años 70 del siglo XX, las
Rodas Campesinas, organizaciones que se formaron para que los campesinos se defiendan de los ladrones
de ganado, elementos protegidos por los jueces y policías corruptos del Estado
peruano, logrando hacerse justicia sin necesidad de matar ni torturar a los
ladrones, simplemente hacerlos rondar (caminar) un tiempo y luego expulsarlos
del lugar.
También en la misma época se
organizaron los Frentes de Defensa de los Intereses del Pueblo como la unidad
de campesinos, maestros, ciudadanos, estudiantes universitarios y hasta
pequeños comerciantes de las ciudades con el objetivo de reclamar al gobierno
central la construcción de escuelas, hospitales, servicios de agua y luz,
carreteras y hasta el cambio de autoridades en las ciudades. Estas organizaciones democráticas y populares
siguen en pie a pesar de que muchos de sus dirigentes han sido perseguidos,
encarcelados y hasta asesinados por la fuerza pública. Entonces se puede comprender la importancia
de los actuales Frentes de Defensa de Cajamarca en la lucha por la defensa del
cerro o cabecera de cuenca Conga. En casi todo el Perú los Frentes de Defensa
siguen actuando para reclamar a los gobiernos la solución de los problemas
locales que son competencia del gobierno central.
La presencia de la
empresa Newmont-Yanacocha en Cajamarca
Ya han pasado 18 años desde que
la empresa norteamericana Newmont, con la denominación de Yanacocha, se
encuentra en Cajamarca, rodeando a la capital regional y a otras ciudades
capitales de provincia en la parte serrana de su territorio. Oro, plata y cobre
son sus objetivos de extracción, oro principalmente. Con miles de millones de
ganancias anuales (no menos de 3 mil millones por año), la Newmont-Yanacocha ha
ocasionado ingentes daños a la población
y al medio ambiente: envenenamiento de las fuentes de agua y de las vertientes,
conversión de extensas tierras en basureros de relave minero, dificultades para
la agricultura, contaminación del aire y del cuerpo de las poblaciones
campesinas. De esas ganancias, en
tributos para el Estado y salarios para los trabajadores mineros, solo quedan
en el Perú el 15% de las ganancias de la empresa. Por estas razones los Frentes de Defensa han
venido rechazando a la Newmont-Yanacocha.
Dígase de paso que grandes empresarios mineros peruanos tienen acciones
en Yanacocha ( como es el caso del ex Ministro de Economía y Finanzas del
gobierno anterior, Ismael Benavides), modelo de inversión que permite a la
transnacional tener socios peruanos con intereses concretos para que la
defiendan, en el caso del Perú, desde la Sociedad Nacional de Minería y
Petróleo (SNMP), uno de los grupos de la gran burguesía peruana que deciden las
medidas económicas, políticas y sociales en el marco del programa neoliberal
implantado durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), entre ellas,
los contratos de concesiones para la explotación de los recursos naturales por
las transnacionales con carácter de ley, por tanto, inalterables.
El conflicto por la
cabecera de cuenca Conga
Como ya se dijo, en esta cabecera
de cuenca se origina la fuente más importante de agua para vastos sectores de la región Cajamarca. Sus aguas subterráneas y sus lagunas de almacenamiento
natural de agua son fundamentales para el trabajo del campo, el consumo humano
en las ciudades y para la alimentación hidrográfica de las cuencas amazónica y
del Pacífico.
En el año 2010, durante el
gobierno del ex Presidente Alan García Pérez, la Newmont-Yanacocha obtuvo la
concesión para explotar los yacimientos de oro que existen debajo de cuatro de
las más grandes y bellas lagunas del cerro Conga: es el Proyecto Conga creado
por la transnacional que pone en peligro la intangibilidad de la mencionada
cabecera de cuenca por ser un ecosistema de extrema fragilidad. La autorización se dio con la aprobación de
un cuestionado y cuestionable Estudio de impacto Ambiental (EIA) pagado por la propia empresa dueña del
proyecto.
Los Frentes de Defensa y el FDAC
denunciaron, desde hace dos años, que el Proyecto Conga consistía en secar las cuatro lagunas
principales, convirtiendo a dos de ellas en basurero de relaves mineros
(piedra, barro y elementos tóxicos), y luego seguir avanzando hacia las demás
lagunas existentes en la cuenca. Es
decir, se iniciaba la destrucción del cerro con todos sus elementos, anulando,
en la práctica, su papel medioambiental natural. Como para burlarse del país y de la región
Cajamarca, especificó que reemplazaría las lagunas por reservorios de cemento
con un “mayor volumen de agua” para toda la región, reservorios que se
llenarían con las lluvias, lluvias que solo se producen durante 5 meses del
año.
Ante las denuncias del pueblo
organizado de Cajamarca, durante la campaña electoral del 2011, el entonces
candidato presidencial Ollanta Humala Tasso se pronunció a favor de la defensa
de la cabecera de cuenca Conga y que, de
ganar las elecciones, anularía el contrato de concesión. Ante este ofrecimiento, el pueblo de
Cajamarca dio el triunfo a Humala Tasso; incluso los dirigentes ronderos y de
los Frentes de Defensa fueron los que más trabajaron durante la campaña
electoral a favor del hoy Presidente de la República.
Ya en el gobierno, a partir del
28 de julio del 2011, el Presidente Humala no solamente olvidó su promesa de
campaña electoral, sino que, en las vísperas de la huelga indefinida de noviembre
de ese año, declaró que él defiende “el agua y el oro”, motivando que el pueblo
de Cajamarca iniciara la huelga y luego la Gran Marcha a Lima en Defensa del
Agua y de la Vida, una marcha que recibió el apoyo de la población peruana. En
esas circunstancias el Presidente de la República ya había dicho: “Conga va”,
el apoyo al proyecto de la Newmont-Yanacocha, y ordenó la persecución,
enjuiciamiento y detención de los dirigentes del Frente de Defensa, como ha
ocurrido con el Presidente del FDAC Dr. Wilfredo Saavedra Marreros, abogado
que, al lado de otros ciudadanos, ha organizado el Frente de Defensa Ambiental
de Cajamarca.
La lucha emprendida por el pueblo
obligó a la empresa suspender sus actividades en el cerro Conga, según ella,
por recomendación del gobierno. La
región Cajamarca había ganado una primera batalla. Concluía el año 2011.
La contraofensiva del
gobierno y de la empresa
Enero, febrero y marzo del
presente año han sido meses de intenso trabajo del gobierno y de la empresa para lograr convencer a la población
del país y de Cajamarca de las bondades del Proyecto Conga, que permitiría una
inversión de 4800 millones de dólares, 10 mil puestos de trabajo, obras púbicas
ejecutadas por la empresa, un plan de desarrollo de la región y muchos otros
ofrecimientos. La empresa gastó mucho
dinero en propaganda TV, radio, prensa escrita con publirreportajes y encartes
en los diarios de Lima, graficando “los grandes beneficios” que llegarían si el
Proyecto se realizaba.
Por su parte, el gobierno
contrató a tres expertos internacionales (2 españoles y un portugués) para que
realicen un peritaje al EIA aprobado en
el 2010 y realizado con la subvención de
la propia empresa. Como ya se había previsto, los expertos no hicieron más que
aprobar el EIA e introducir nuevas recomendaciones para “mitigar” los impactos
negativos de la explotación minera. Al
dar a conocer las conclusiones, el Presidente Humala Tasso puso algunas
condiciones para que la empresa reinicie la explotación, siendo una de ellas
establecer otro lugar como basurero, pero manteniendo la sustitución de las
lagunas por reservorios de “mayor volumen”, condiciones que mantienen la
viabilidad del proyecto y la consecuente destrucción de la cabecera de cuenca.
El asunto central del
conflicto y la perspectiva
El caso de la cabecera de Conga
en el Perú también ocurre en otros países.
Y es en Canadá donde la similitud nos sorprende tratándose de un país
con elevado nivel de conciencia ecológica y con un grado de desarrollo
tecnológico para encontrar vías de producción más variadas, sin deteriorar sus
sistemas ecológicos y la vida de su población.
Pero en Canadá también ocurre la presencia depredadora del
neoliberalismo, modelo capitalista que da carta libre a los más ricos para
desarrollar los más increíbles negocios, aun a costa de la vida de la gente.
El informe que nos han llegado sobre Canadá es elocuente: la
empresa canadiense Taselco Mining Ltd. ha presentado el Proyecto “Nueva
Prosperidad” para extraer oro y cobre vaciando dos importantes lagos en los
territorios indígenas de la Primera Nación denominada Chilcotin (Primeras
Naciones en Canadá se llama a las Naciones Originarias), en la provincia
British Columbia de esa gran nación cuyos trabajadores están hoy enfrentando
las medidas privatizadoras y desreguladoras de sus derechos sociales y
laborales. Como ocurre en con el pueblo
de Cajamarca en el Perú, los Chilcotin de Canadá, según declaraciones de una de
sus líderes, Marilyn Baptiste, de ser aprobado el Proyecto “Nueva Prosperidad”
por el gobierno canadiense, “se generaría un conflicto entre las Primeras
Naciones y el gobierno. Apelaríamos, iríamos a una corte. Y si hace falta,
desafiaríamos a esas cortes”. Los defensores
de la gran minería depredadora en el Perú, periodistas incluidos, no tendrían
ningún escrúpulo en denominar a los Chilcotin como “anti mineros” y hasta
“radicales”, cuando no “terroristas”.
Las fuerzas neoliberales del
Perú, con el actual gobierno, han decidido dar curso al Proyecto Conga como uno
de los proyectos de inversión más simbólicos para el progreso del país. Hacer lo contrario sería un signo negativo y
una causal para que las inversiones se alejen.
Es una decisión tomada oficialmente y garantizada por la militarización
de la región como factor de “persuasión”.
Por su parte, la empresa ha
anunciado que si las nuevas condiciones no le permiten mantener sus
“ganancias razonables” trasladaría los 4800 millones de dólares americanos a
otro país, amenaza que significa presionar para que el proyecto no sea
declarado inviable.
Los Frentes de Defensa han
decidido seguir luchando hasta lograr que el gobierno declare inviable el
Proyecto Conga. La huelga programada
para ser iniciada el 31 de mayo es parte de esa lucha.
Los defensores del Proyecto
Conga, así como los que nos oponemos a su viabilidad, consideramos que el Conga
es un símbolo importante. De declararse
viable, sería el paso hacia la explotación de todas las cabeceras de cuenca que
los grandes mineros decidan desarrollar.
Si triunfamos los defensores de las cabeceras de cuenca, esta victoria
tendrá efectos positivos en la lucha de la población en varias regiones del
país para que la minería no siga depredando nuestro medio ambiente.
Ha quedado demostrado que los
neoliberales carecen de sentimiento patriótico frente a los intereses de las
transnacionales y de los grandes empresarios nacionales que se alían a
aquellas.
El desenlace de la lucha en
defensa de Conga dependerá del apoyo que logremos en esta nueva etapa.
Lima, Perú, mayo del
2012
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