Facundo
Roldán no recordaba exactamente qué era lo que había ocurrido cuando el
soldado lo detuvo, lo encañonó y le ordenó avanzar. En ese momento se le
acababan los recuerdos. Quizás, lo había llevado hasta el cuartel y lo
había entregado.
Quizás, en
ese lugar, no había sufrido torturas porque era innecesario. Solamente
era necesario ultimarlo porque era un sobreviviente de la matanza de
Accomarca. Por eso, quizás lo mataron de un balazo o dos, y lo habían
enterrado secretamente en algún lugar de la propia instalación militar.
Mientras
hacía tiempo para que llegara el alférez, Facundo alzó los ojos al cielo
y se preguntó si allí había un lugar para más difuntos. Tal vez en ese
momento Telmo entró, y sus ojos pasaron a través del hombre que le había
temido tanto, y no lo vio
Una comisión enviada por el Senado de la República iba a interrogar al militar.
Este hombre está más muerto que los muertos, se dijo Facundo Roldán y quiso comentarle al periodista que estaba a su costado:
—Los muertos por fin descansan. Este hombre no descansará jamás.
La comisión
senatorial estaba presidida por Javier Valle Riestra y la integraban
Jorge del Prado, Javier Diez Canseco y César Delgado Barreto. Era el 18
de setiembre de 1985 y habían pasado cuatro semanas de la masacre.
—¿En su reglamento se establece que usted puede proceder a eliminar si lo considera necesario?, preguntó Diez Canseco.
—Sí.
—¿Y los niños?
—Desde muy chicos los instruyen.
—¿Desde qué edad los consideraría usted peligrosos?
—Los comienzan a adoctrinar desde los dos años, tres años, cuatro años, así sucesivamente, respondió.
—No vamos a
discutir si los niños son capaces de hacer una emboscada. ¿Usted piensa
que eso, la masacre, estuvo bien? ¿Usted no ha sentido remordimiento?,
emplazó Del Prado.
—No quiero responder a esa pregunta.
Dos
periodistas que estaban al lado del testigo fantasma comentaron que el
alférez estaba asumiendo toda la culpa para evitar que aquélla manchara a
sus superiores. Era evidente que había acatado órdenes y que las mismas
consistían en arrasar con todo, en hacer una guerra sin prisioneros.
—Usted aplicó la pena de muerte.- le dijo Diez Canseco.
—Fue una decisión que he tomado.
—¿Y cómo llamaría a esa decisión?, presionó el senador.
—He tenido
la orden de destruir eso, la comunidad. Yo la he aplicado y he cumplido
con la misión de acuerdo con lo que yo interpreto en una zona
guerrillera.
—Subteniente, ¿podría describir cómo eliminó a las personas?
—No recuerdo en estos instantes.
—¿Usted personalmente participó? ¿O se lo ordenó a su personal?
—Yo he participado.
—¿Utilizó granadas?- le preguntaron. Los senadores trataban de entender por qué los cuerpos de las víctimas estaban calcinados.
—Sí, las he utilizado.
—¿Su personal es responsable junto a usted de lo ocurrido?
—Yo no considero que mi personal sea responsable.
—¿Por qué?
—Porque el oficial es responsable de las cosas que pasan.
En ese
momento, Facundo descubrió que él mismo estaba debidamente muerto. Pasó
por en medio de los periodistas y después a través de las paredes y por
fin llegó hasta los calabozos donde decenas de hombres y mujeres
esperaban la llegada de los torturadores.
Le pidió a
Dios que les diera la paz de la muerte, que se quedara dormido o se
hiciera invisible. En ese momento, se trató de mirar las manos, pero
aquellas se habían tornado transparentes. Entonces, el mundo comenzó a
girar con mayor velocidad.
Y mientras
el planeta se movía, Facundo Roldán desapareció de todas partes. La
tinta que escribía su nombre se evaporó, y dejó de estar en los
documentos oficiales. Su vida terminó incluso en las novelas donde se le
menciona.
Con otros centenares y miles de hombres y mujeres, apaciblemente, comenzó a disfrutar del placer lento de morir.
Hermanos de Cajamarca, mi solidaridad militante, con la causa de nuestro PERÚ, QUE TODO LO TIENE PERO CASI NADA NOS PERTENECE.
ResponderEliminarLuchamos para que el PERÚ SEA PARA LOS PERUANOS.
UNA ANÉCDOTA: EN UNA EXPOSICIÓN sobre diseño de página web en una diplomatura de UNMSM, ME HE PROPUESTO PRESENTAR SOBRE CONGA SI O CONGA NO. particularmente, la defensa del sistema hídrico. en la ronda de preguntas el profesor me dijo. POR QUE DE CONGA, ES QUE ACASO TU ENAMORADA ES DE CAJAMARCA! le respondí categórico es por mi posición política.
En CUALQUIER FORO, donde me toca hablar, siempre estaré con ustedes hermanos de Cajamarca y con el agua. Con la actividad sostenible, la agropecuaria; frente a la amenaza del hambre en el mundo, la explotación minera sólo nos dejó, contaminación, pobreza y corrupción.
En esa misma dirección la defensa del VALLE DE TAMBO, parte de nuestra reserva alimentaria.
Un reconocimiento especial a los cajamarquinos y cajamarquinas, por la DETERMINACION en defensa de la vida y de nuestra tierra bendita que nos provee del pan de cada día.
Un abrazo fraterno a todos.