José Ramos Bosmediano
Conga es una
cabecera de cuenca, fuente de agua que permite la vida vegetal, animal y humana
en gran parte de la región de Cajamarca en la sierra norte del Perú, o Andes
del Norte. Es territorio alto andino que
provee de agua, a las cuencas de la Amazonía y del Pacífico. Contiene, en su estructura interna y externa,
aguas subterráneas, bofedales, humedales,
manantiales y numerosas lagunas que no solamente almacenan agua, sino que, por
su función en el ciclo medioambiental,
le otorgan a este la temperatura del ecosistema correspondiente. Cambiar su estructura, removerla y
reemplazarla por estructuras de cemento, fierro, plástico y estancar las aguas
en reservorios, es atentar contra su propia naturaleza original. Es lo que pretende hacer la minera
Newmont-Yanacocha, con quince años de desastrosa presencia en esa región.
La región
Cajamarca, con una población que ya se acerca a los dos millones de habitantes,
tiene una riqueza natural que no solamente es minera, sino uno de los más
variados ecosistemas del Perú, con grandes campiñas para el desarrollo de la
agricultura, la ganadería, la actividad forestal. Sus cabeceras de cuenca, a más de 3500 m.s.n.m.,
constituyen fuentes de los orígenes de las vertientes del Marañón y de algunos
de los ríos que bañan las costas de La Libertad y Lambayeque.
En su insaciable
explotación del oro que abunda en Cajamarca, la Newmont-Yanacocha ha elaborado
y presentando el denominado “Proyecto Conga” para extraer el oro que se
encuentra debajo de las lagunas más extensas y esenciales del cerro Conga,
proyecto aprobado en el 2010 por el gobierno neoliberal del presidente Alan
García Pérez (2006-2011).
La población de
Cajamarca, consciente del peligro que significaría
remover el cerro y cubrir su superficie
y subsuelo de escombros, convirtiéndolos en depositos de relave y sustancias tóxicas, tomaron la
decisión de organizarse en un Frente de Defensa Ambiental que en el 2011 empezó
una lucha regional con movilizaciones, mítines y una huelga indefinida
exigiendo la anulación de la concesión a la transnacional minera, lo que
suponía, consecuentemente, la anulación del tramposo Estudio de Impacto
Ambiental (AIE), sufragado por la propia minera. Claro que el presidente Ollanta Humala, sin
respetar su discurso electoral de la “gran transformación”, defendió los
intereses de la minera con policías y soldados en las calles y campos de
Cajamarca, juicios y detenciones contra los dirigentes y bala para los
manifestantes: la misma concepción del “orden” y de la “democracia” del Perú
republicano oficial y oligárquico.
La huelga de
fines del 2011, radicalizada con una Marcha Nacional en Defensa del Agua y la
Vida, obligó al gobierno del presidente Ollanta a suspender las actividades de
la minera en el cerro Conga, a la vez que, como una maniobra que hoy echa agua,
contrató a tres “expertos” extranjeros, dos de ellos compatriotas de los
Pizarro, los Almagro y los Hernando de Luque, mismos que asesinaron a Atahualpa
durante el inicio de la conquista del Perú por España, para el denominado “peritaje
internacional” del AIE, cuyos resultados han sido alcanzados al gobierno en días pasados.
La
burda maniobra del peritaje
Resulta que las
más de 200 páginas del peritaje internacional muy pocos han podido leer, pues fue
“colgada” en internet con una serie de trabas para su impresión, incluso para
leer el documento en la pantalla de la computadora, según lo vienen denunciando
profesionales y analistas de indudable seriedad. Por mi parte, enfrentando el mismo problema,
he tenido que leer los análisis realizados hasta hoy en periódicos y en
internet. Todos ellos nos presentan la
figura de una aval al EIA con el agregado de nuevas recomendaciones para la
viabilidad del proyecto de la minera, lo que ya estaba escrito en la misma
convocatoria al peritaje internacional, que partía de la premisa de producir
recomendaciones para operar el proyecto sin dañar el medio ambiente, generar
más agua en los reservorios e invertir en obras de desarrollo en la región
Cajamarca. Pero el reciente discurso del presidente Humala (viernes 20 de abril
2012), que resume su posición a partir del peritaje entregado a su despacho,
nos instruye mejor sobre el contenido de ese documento.
En uno de mis
artículos sobre el Conga señalé que ese peritaje internacional no agregaría
nada nuevo y no tenía ninguna misión diferente a los intereses de la empresa y
sus acólitos en el Perú. Su objetivo
fundamental era crear falsas expectativas y condiciones para que la población se
convenciera de las “bondades” que traería el proyecto a Cajamarca y al Perú.
Desde que empezó
el peritaje, la empresa Newmont-Yanacocha desplegó una agresiva campaña de
propaganda en radio, televisión y periódicos, difundiendo en millonarios encartes
todo tipo de promesas para Cajamarca.
Los periodistas
encargados de los programas de radio y TV, especialmente las “estrellas” de
dichos programas, no se cansaron de loar el proyecto e insultar a los
dirigentes del FDAC y de los demás frentes de lucha. El gobierno trató de amedrentar al Presidente
de la Región Cajamarca Gregorio Santos con juicios y control de su
administración, proceso en el cual ha jugando su papel el Tribunal
Constitucional que declaró inconstitucional el acuerdo del gobierno regional de
Cajamarca que declaraba inviable el proyecto Conga y la intangibilidad de la cabecera de cuenca Conga.
El presidente
Humala, con el documento del peritaje, dio un mensaje con un discurso realmente
demagógico al decir que, ahora sí, todo está resuelto y se abre el diálogo para
que el proyecto siga adelante. Entre las
condiciones más “duras” que establece es, al parecer, la no conversión de dos
de las lagunas en depósitos de basura minera, pero manteniendo la construcción
de los reservorios de agua garantizando un mayor volumen para el uso humano y de
la agricultura, sin decir de dónde saldrá el agua para llenar esos depósitos. El presidente peruano actual, pues, sigue
impertérrito en su opción del oro antes que el agua, aunque diga lo contrario.
Pero
la lucha continúa
La maniobra del
peritaje no ha cumplido su objetivo de convencer a los dirigentes y al pueblo
de Cajamarca para que estos den su visto bueno al proyecto minero de Conga.
Por el lado de
la prensa de la derecha, que copa el 99% de los medios de comunicación, hay una
articulada campaña para predicar que se ha abierto una nueva posibilidad de
diálogo para el consenso basado en los resultados del peritaje. Ya no debe haber lugar para la intransigencia,
dicen, pues el peritaje resuelve las deficiencias del EIA cuestionado.
Uno de los
comentaristas más reaccionarios del Perú, Jaime de Althaus, fanático defensor
del modelo neoliberal desde el no menos reaccionario diario El Comercio de Lima y su Canal abierto
N (8), acaba de decir que los que siguen oponiéndose al proyecto Conga “no
saben leer”, “no entienden” el texto de los peritos extranjeros, quienes, como
se sabe, volaron lo más rápido posible a Europa llevándose un buen botín extraído
del presupuesto nacional por producir casi una clonación del AIE. Este aprendiz de brujo sigue afirmando que en
el Perú se ha producido una “revolución capitalista”, afirmación que, en el
mejor de los casos, no merece ni el desprecio.
Un paso
importante de la lucha en defensa de la cabecera de cuenca Conga es la unidad
que se está buscando consolidar en Cajamarca para esta nueva etapa de la lucha,
ante las maniobras del gobierno y de la minera para dividir al pueblo y a sus
dirigentes. Esta unidad ha permitido
hacerle llegar al gobierno un plazo adecuado para que declare la inviabilidad
del proyecto Conga y, al mismo tiempo, programar la huelga del pueblo de
Cajamarca desde el 31 de mayo del año en curso.
La perspectiva
para el pueblo es la lucha. La del
gobierno, por lo que acaba de señalar el presidente Humala, es de defensa del
proyecto minero. Un diálogo que se
plantea para discutir las condiciones de la viabilidad del proyecto no tiene
sentido, pues la cuestión fundamental, central, del conflicto, es la intangibilidad
de la cabecera de cuenca. Más agua disponible para el uso humano y para
actividades económicas no depende de reservorios, si no del encausamiento
sostenible de la riqueza acuífera existente.
Para la minera
Newmont-Yanacocha y las demás transnacionales la viabilidad del proyecto Conga
es la luz verde para depredar todas las cabeceras de cuenca en el Perú.
Para el pueblo
peruano y los intereses nacionales el triunfo del pueblo de Cajamarca será el
de todos los que defendemos nuestros recursos naturales, nuestra dignidad y
todas las cabeceras de cuenca.
Lima,
abril 25 del 2012
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