Por fin el Presidente Humala
Tasso ha decidido poner en práctica su verdadero programa de gobierno: el
continuismo neoliberal. Nada mejor que el neoliberalismo, en estos
tiempos, para definir las contradicciones entre el pueblo y los grandes empresarios,
nacionales y extranjeros. Acaba de triunfar la transnacional Newmont con
la militarización de Cajamarca ordenada por el gobierno "de la gran
transformación" y la declaración del estado de emergencia en esa región para
apagar con las fuerzas represivas la huelga indefinida iniciada bajo la
conducción del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca (FDAC) presidida por el
Dr. Wilfredo Saavedra Marreros.
Toda la derecha neoliberal, que
perdió las elecciones presidenciales, incluso con su candidata fujimorista, acaba de lograr una nueva
victoria, luego de situar como cabezas de la orientación económica del país a
las mismas cabezas grises de 20 años de neoliberalismo. Sus periodistas y
sus políticos baten palmas por la solución represiva de la lucha del pueblo de
Cajamarca contra el proyecto Conga que, con toda seguiridad, destruirá las
condiciones ambientales para las actividades productivas relacionadas con el
agro, la agricultura, forestal andina y, en fin, con el uso de agua limpia para
la vida de los pueblos, con proyecciones negativas para toda la gran cuenca que
recibe las aguas de la cuenca del Conga.
Quienes han incrementado sus
ingresos a través de negocios con la minera Yanacocha, que son una minoría
organizada en la Cámara de Comercio de la región, ha salido de
inmediato a celebrar la decisión represiva del gobierno. En ningún
momento estuvo de acuerdo con la lucha de ese pueblo, actuando como defensora
de las inversiones extranjeras sin tener en cuenta las consecuencias del
deterioro del medio ambiente.
Con la decisión del gobierno de
la "concertación nacional" se ha cerrado la ya escasa expectativa que
mucha gente tenía todavía de ver algún "cambio". La derecha
pidió represión y el gobierno le entregó en bandeja de plata.
Parlametarios de cuatro pelos,
como Iberico y Regiardo han salido a declarar con toda la furia de los
aprendicdes de fascistas. El primero, incluso, amenanzando al Presidente
Regional de Cajamarca, que se plegó a la huelga, de ajusticiar a este nada
menos que en el Congreso, esa inútil cueva de incapaces y algo más de la escoria política.
Pero el pueblo de Cajamarca, esa
gran mayoría, está salvando la dignidad de su historia de grandes luchas
democráticas y patrióticas, con sus dirigentes populares al frente.
Con toda seguridad, la lucha puede
sufrir un obstáculo en el camino, pero no la derrota de los que
bajan la cerviz frente a los poderosos.
¡ Democracia sí, dictadura no !
¡Viva el pueblo de Cajamarca,
abajo el estado de emergencia y los traidores!
Lima, diciembre 4 del 2011.
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