Analista Global – utguerrero31@yahoo.es
Y los frentes y movimientos regionales del Perú profundo,
están llegado a Lima, a esa inhumana y centralista ciudad de viejo cuño
republicano y de espalda a las grandes necesidades de las comunidades andinas y
selváticas, que hoy han tomado por asalto las grandes ciudades con una
informalidad, que le siguen diciendo al capitalismo salvaje: somos la
resistencia al modelo neoliberal, somos el nuevo proletariado, que espera un
nuevo liderazgo creíble. Son ellos los informales provenientes del ande y la
selva, los que recibirán a la marcha por el agua en Lima.
Mientras el movimiento popular se refunda, hoy el Perú del
2012, está conformada por empresas multinacionales interesadas en la actividad
extractiva, en la exportación y en algunos servicios en los que quieren
mantener su presencia oligopólica; por los grupos de poder económico nacionales
vinculados a estos sectores y los dueños de los medios de comunicación más
grandes; por los sectores más conservadores de la elite criolla limeña, que
mantienen sus prácticas oligárquicas de moverse en un exclusivo círculo
parental cuyo núcleo son los apellidos de la vieja y obsoleta
aristocracia.
Y están en ellas, finalmente, sus
operadores dentro y fuera del Estado: la red de corrupción montesinista y
aprista, mucho más extensa de lo que se cree, y funcionarios clave en
organismos financieros transnacionales y en los espacios que congregan a los
dueños de los grandes capitales del mundo, ahora vamos comprendiendo la gran
preocupación de Alan García por el indulto a Fujimori.
Así Conga en el ojo de la tormenta, significa una sumatoria
de luchas de los movimientos y frentes regionales que comenzaron en Bagua y
Puno, con Pizango y Aduviri, que hoy con Conga de Santos, han comenzado a
marcar un punto de quiebre, el nacimiento de un poder verde, de que si es
posible otro modelo mas humano y sostenible, en la defensa de la tierra y la
vida.
Ello significa una aspiración a refundar el Estado, basado
en el poder democrático de los peruanos, a construir una sociedad moderna,
sustentada en la existencia de un Estado de derecho, libre de todo tipo de
mafia y de cualquiera forma de inmoralidad, con calidad de vida para todos,
pacífica, con equidad de género, solidaria, que se desenvuelve en un medio
ambiente sano, sostenible, que reconoce y respeta la diversidad en todos sus
manifestaciones. Es decir construir un país moderno, próspero con hombres y
mujeres, que vivan con dignidad.
En ésta dirección, la izquierda requiere urgente refundarse,
reencontrarse con los ciudadanos, para lo que necesita una propuesta propia de
gobierno para el país. Esta debería ser producto de una intensa discusión
interna, pero especialmente formulada desde la articulación con los movimientos
y frentes regionales sociales y con los ciudadanos que hoy demandan nuevas
reglas a la actividad extractiva, empleo decente, educación de calidad,
política pública de gestión sostenible de los recursos naturales, soluciones a
los crecientes problemas de las ciudades que las tornan cada vez más inseguras,
etc.
El gran convocador de esta lucha es el pueblo consciente y
organizado que tiene por tarea sensibilizar, a los demás asimismo conseguir la
convicción en este pueblo que solo luchando se conseguirá triunfar y que esta
lucha es justa y un ejemplo en la defensa de nuestros recursos naturales, en
momentos en que quienes plantearon la gran transformación hipotecaron su
principios (si es que lo tuvieron) por un plato de lentejas. La ruta está
marcada.
El congresista cajamarquino por Gana Perú, Jorge Rimarachín
dio a conocer que el día jueves la marcha llegará a Lima, donde sumará
esfuerzos en torno a las propuestas que se plantearán en torno a la legislación
del recurso agua. “Considero que es una lucha justa la defensa de cuatro
lagunas que vienen siendo amenazadas. Una de ellas tiene veinte hectáreas de
espejo de agua (laguna Alforjacocha), esperamos que Dios ilumine a los hombres
de buena voluntad para que protejan estas lagunas”.
Confiar en nuestras propias fuerzas internas, significa
comprender nuestra historia para no volver a repetirla, estar claros que a las
dictaduras se les derrota con el pueblo movilizado y organizado, consciente de
sus derechos. La libertad, la democracia, la independencia, la justicia social
se conquista. Siempre fue así. Así será también hoy cuando renovemos
democráticamente nuestras organizaciones, gremios, colegios profesionales e
instituciones en general; y se establezca una nueva relación entre el campo y
la ciudad. ¡Bienvenidos, hermanos del ande y las selva a Lima!
Fuente: http://puntodevistaypropuesta.blogspot.com/2012/02/conga-el-poder-verde-en-peru.html
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