María Elena Hidalgo
Adital.
Ocho de cada diez pobladores de
Huasmín, Encañada y Sorochuco son pobres, pero prefieren el agua a los
beneficios de la explotación minera.
Elegir entre el agua y el oro es
lo mismo que escoger entre la vida o la muerte para los pobladores de los
distritos de Huasmín y Sorochuco, de la provincia de Celendín, y de Encañada,
de la provincia de Cajamarca.
Ellos rechazan el proyecto minero
Conga, que demandará una inversión de 4 mil 800 millones de dólares, una de las
más grandes en la historia del país. No lo quieren porque es una amenaza para
los recursos hídricos. Sin agua, dicen los comuneros, se mueren.
Y sin embargo Conga podría
representar para los tres distritos una notable inyección de recursos por el
canon minero. Hoy, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, Huasmín
percibe 1,7 millones de soles por concepto de canon minero, mientras que
Sorochuco 1,2 millones. En cambio, Encañada recibe 21,3 millones de soles, lo
cual representa más del 90% de su presupuesto (26,8 millones de soles). Pero
para los pobladores no se trata solo de dinero.
"Dicen que somos antimineros
y que no queremos el desarrollo, pero no es así. Lo que no queremos es que
afecten nuestras aguas que usamos para nuestro consumo y el de nuestro ganado.
Queremos que se conserven nuestras lagunas naturales”, dice Daniel Gil
Terrones, poblador del caserío El Lirio.
"El conflicto estalló debido
al traslado de cuatro lagunas ubicadas dentro de las seis mil hectáreas de
terreno que son parte del proyecto Conga, de la compañía minera Yanacocha.
Según la empresa es necesario remover las lagunas porque ponen en peligro la
explotación de cobre y oro.
El proyecto Conga se encuentra
ubicado en la cabecera de cuenca de los ríos Jadibamba, Chirimayo, Chugurmayo,
Quengorio y Rejo, afluentes del Sendamal (Celendín). También el Chaullagón,
afluente del Chonta (Cajamarca), y el Quengorío, afluente del Llaucano
(Bambamarca).
Estos ríos serían afectados por
el traslado de las lagunas Perol, Cortada o Mala, Azul y Chica. Estas serán
trasvasadas a los reservorios Chailhuagón, Perol, Inferior y Superior que
construirá Yanacocha.
Pobres pero dignos.
Es una paradoja. Las comunidades
que se oponen al proyecto minero Conga se encuentran entre los más pobres del
país. Virtualmente ocho de cada diez pobladores viven en la pobreza. En efecto,
según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI), en Huasmín el 88,3% es pobre y el 50% vive en extrema pobreza. En
Sorochuco el 79,1% es pobre y el 46,3% habita en extrema pobreza. Y en
Encañada, 78,5% es pobre y el 44,3% extremadamente pobre.
En Encañada, que recibe
importantes transferencias por canon minero, estos recursos parece que no han
servido para aliviar el sufrimiento de las comunidades.
Cualquiera que no vive en
Encañada, Huasmín o Sorochuco dirá que los campesinos están locos por rechazar
al proyecto Conga, porque podrían cambiar radicalmente sus vidas con el canon
minero. Pero no es así de simple. Los comuneros prefieren el agua, que es la
vida.
Las autoridades de los diferentes
caseríos del distrito de Huasmín se congregaron el pasado jueves en el caserío
de San José de Pampa Verde, para reunirse con el presidente de la región
Cajamarca, Gregorio Santos Herrera, y el alcalde de Huasmín, José Marín Agusti.
En el encuentro, los pobladores
afirmaron que no aceptarán la remoción de las lagunas altoandinas, que forma
parte del proyecto Conga.
Huasmín es un distrito ubicado a
106 kilómetros de la ciudad de Cajamarca. La gran parte de su comunidad se
dedica a las labores de agricultura y ganadería. Sus cultivos son diversos
debido a que cuentan con cuatro microclimas que les permite cosechar arroz,
oca, papa, coca y maca, en la zona más alta; y plátano, yuca y caña de azúcar
en la parte baja.
Diferencias que matan.
Huasmín cuenta con 68 caseríos y
se estima que 45 serían afectados por los trabajos de la mina.
La compañía del proyecto Conga
solo ha reconocido a 15 caseríos dentro de su área de influencia. A diferencia
del resto, la minera les dará trabajo y apoyo social a los pobladores de esos
15 caseríos. Al resto, nada.
Esta diferencia que promueve la
minera entre los caseríos ha gestado encono, un sentimiento de discriminación y
humillación: el principal combustible de los conflictos sociales.
Esto explicaría por qué los
pobladores y las autoridades de Cajamarca acordaron en Pampa Verde declarar
improcedente al proyecto Conga y solicitaron el retiro inmediato y definitivo
de la compañía Yanacocha en la zona.
Los 1.500 comuneros que
asistieron a la reunión decidieron organizarse caserío por caserío y ronda por
ronda, para contrarrestar la campaña de convencimiento que la minera ha
emprendido en la zona en busca de aceptación sobre las bondades que Conga
traería a los pobladores.
"Le pedimos al presidente
Humala que cambie a esos ministros. Por ejemplo, el primer ministro Salomón
Lerner ha dicho que el proyecto Conga seguirá adelante luego de que se
solucionen ‘algunos aspectos técnicos’”, dijo el secretario general de la
Plataforma Interinstitucional de Celendín, Milton Sánchez.
Con una inversión estimada en 4
mil 800 millones de dólares –de los que ya se desembolsaron 60 millones–, en
estos momentos Conga se encuentra en la primera etapa de su construcción, es
decir, en la edificación de los reservorios para luego dar paso a la
construcción de la mina y, finalmente, el equipamiento de la misma.
Vale el esfuerzo
Representantes de Yanacocha
sostienen que el problema suscitado con las comunidades es producto de la
desinformación que promueven las autoridades.
Sostienen que las comunidades que
han recibido información correcta apoyan plenamente el proyecto.
De acuerdo a los estudios
presentados por el proyecto Conga, los reservorios de Chailhuagón, Perol e
Inferior serán de consumo exclusivo de las comunidades, mientras que el agua
del reservorio Superior será compartido entre la comunidad y la mina.
"El agua que usará la mina
del reservorio Superior será almacenada e ingresada a una planta de
tratamiento, y luego será vertida al reservorio Inferior y usada por la
comunidad. Esta agua será de nivel tres, el mismo nivel con el que cuentan
actualmente las aguas de las lagunas. Hay que tomar en cuenta que el proyecto
Conga usará el proceso de flotación para extraer los minerales y no se usará
cianuro”, argumenta Marco Balcázar.
"Se quiere afectar la
cabecera de cuenca donde nacen los ríos que van hacia Bambamarca, Cajamarca y
Celendín. Las labores de minería destruirán los bofedales y humedales que son
zonas de recarga de agua y que serán usados como botaderos y tapados por los
desmontes de la mina. La región no lo puede permitir.
Protegeremos las lagunas con la
ley en la mano”, se pronuncia el presidente Gregorio Santos. Con el anuncio de
Santos, todo indica que el conflicto por Conga recién comienza.
"Es todo un ciclo de vida
que se puede cortar”.
1] Para el gerente de Recursos
Naturales y Gestión Ambiental de la región Cajamarca, Rolando Reátegui Lozano,
el trasvase del agua afectará irreversiblemente el caudal de los ríos que se
alimentan de estas lagunas, además de los humedales y acuíferos que hay en la
zona, lo cual alterará los ecosistemas que dependen de dichas fuentes de agua.
2] "No se dan cuenta que las
lagunas que forman los ríos que van hasta el Marañón y el agua terminan en el
mar. Eso es todo un ciclo de vida que se piensa cortar”, señala Rolando
Reátegui Lozano.
3] Según el proyecto minero
Conga, de la minera Yanacocha, una vez que se trasvase la laguna Perol, su
lecho se convertirá en un tajo abierto de 800 metros de profundidad. Las
autoridades de la región Cajamarca han dicho que ese trabajo afectará la
quebrada del río Chirimayo y al río Jadibamba, y por tanto dañará la cuenca del
río Sendamal.
4] De igual modo, el cambio de
colocación de las lagunas Chica y Azul dañará la quebrada del río Ferrullioc,
que nace a partir de estas dos lagunas.
5] Los pobladores de la comunidad
Huasmín aseguran que invitaron a los ministros de Energía y Minas, de
Agricultura, y de Medio Ambiente, a la reunión que sostuvieron el jueves pasado
en la localidad de Pampa Verde, pero fueron totalmente ignorados por estos
funcionarios.
Opinión.
Perspectiva. Para el padre Marco
Arana, conocido experto en conflictos sociales originados por problemas
socioambientales, el proyecto minero Conga afectará no solo las lagunas sino
también los ríos, manantiales, afloraciones y los humedales de la zona.
Afectación. "Todo está
interconectado. No es verdad que solo se trata de trasvasar las lagunas. Los
ejecutivos de la minera afirman que habrá nuevas filtraciones de manera
natural, pero eso no es posible”, explica el padre Marco Arana.
REBELION
Publicado: Domingo 13 de
noviembre del 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario