José Ramos
Bosmediano, educador, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las
Américas (Red SEPA, Canadá), ex Secretario General del SUTEP.
Esta noche, en el programa “90
segundos” del Canal 2 de Lima, la conductora Mónica Delta, con evidente
satisfacción, afirmó coincidir con el pronunciamiento del Presidente Ollanta
Humala sobre la posibilidad de defender, al mismo tiempo, el oro y el agua, en
referencia al proyecto Conga de la transnacional Newmont Mmining, que pretende
desaparecer tres lagunas naturales y milenarias para extraer el preciado
mineral que yace debajo de ellas.
Esta coincidencia tiene dos
aspectos: uno, el contenido de lo manifestado por el Presidente Humala; otro,
el significado de la coincidencia con la periodista Mónica Delta.
En lo primero, no hay duda que el
gobierno “nacionalista” de Gana Perú ha decidido seguir defendiendo el modelo
neoliberal tal como ha sido diseñado por el fujimontesinismo (1990 – 2000) y
luego, durante la primera década del presente siglo, continuado por los
gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García, agregando la firma del TLC que
pone al Estado peruano bajo una jurisdicción internacional ante demandas provenientes
de las transnacionales que sienten vulnerados sus intereses frente a cualquier
reivindicación nacional. La contradicción entre extraer oro o cualquier otro
metal o riqueza del subsuelo con las necesidades de la vida de los pueblos y
del cuidado del medio ambiente, que significa también cuidado de la vida
presente y futura, no existe para la lógica de la proposición “oro y agua”,
proposición inclusiva, a diferencia de la excluyente “oro o agua”. La realidad excluyente, en el caso de Conga
se torna, para el gobierno y las empresas mineras, en incluyente, palabreja muy
de moda para embaucar a un pueblo que, en realidad, exige justicia y no la
simple inclusión, en la cual juegan su papel “positivo” hasta los grandes
capitalistas con sus “obras a favor de las comunidades”, en lugar de pagar
salarios adecuados, reconocer los derechos laborales de los trabajadores, pagar
los impuestos que deben abonar por las
ingentes ganancias que obtienen anualmente. Esta posición del Presidente Humala
y de su gobierno se vuelve más repulsiva cuando se compara su discurso
electoral de hace algo más de tres
meses. Casi no hay diferencia con el discurso del “perro del hortelano” de ese
demagogo neoliberal llamado Alan García Pérez que nos llevó a los sucesos de
Bagua del 5 de junio del 2009.
En lo segundo, la repugnancia
política es mayor, pues que la Delta coincida con Humala es la expresión del
viraje abierto del Presidente hacia el fujimontesinismo programático; ya que
esta periodista es parte de ese indeseable elenco de personajes al servicio del
gobierno más corrupto de la historia peruana republicana. Coincidir con Mónica Delta o que ella
coincida uno en materia de políticas económicas y sociales es transitar por el
rumbo neoliberal que esta periodista ha defendido y defiende
descaradamente. Coincidir con ella es
estar de acuerdo con periodistas como
Fernando Rospigliosi, Aldo Mariátegui, los de El Comercio, el mismo Jaime
Bayly, entre otros. Mónica Delta, imposibilitada de seguir ejerciendo el oficio
deleznable de defender a los amos de turno, luego de la caída del
fujimontesinismo en noviembre del 2000, se fue a Estados Unidos. Luego volvió cuando el continuismo neoliberal
actual estuvo asegurado y hasta consolidado.
Hoy se encuentra, nuevamente, en su salsa. Lamentablemente se está encontrando en el
mismo camino con el Presidente Humala.
Unidad y no división
para la defensa de la patria y sus recursos naturales.
La nueva lucha que se ha iniciado
en Cajamarca el día de hoy 24 de noviembre tiene un profundo sentido patriótico,
teniendo en cuenta que se trata de la defensa de nuestros recursos naturales, propiedades
de la nación peruana frente a la voracidad de las transnacionales y de
empresarios peruanos que defienden solamente sus intereses.
El cerro Conga, que contiene la
cabeza de cuenca y la riqueza ecológica correspondientes, representa la
propiedad colectiva de una población numerosa que vive de la agricultura y la
ganadería, en lo fundamental.
El Frente de Defensa Ambiental de
Cajamarca (FDAC), trabajada pacientemente desde hace mucho tiempo, es la
organización de masas que ha logrado forjar la conciencia de la defensa de
Conga, de enfrentamiento a los empresarios mineros que pretenden convertir ese
cerro en un montón desintegrado de piedras y tierra. El papel del FDAC en la forja de la unidad
será fundamental para liderar la lucha
actual. Toda disputa de liderazgo es lo mejor que pudiera ocurrir en
beneficio de las transnacionales y de los gobernantes que pretenden extraer, a
como dé lugar, el oro de Conga. La victoria de una lucha tiene, como algunos de
sus factores más importantes, la unidad de mando, un liderazgo unificado y no
la dispersión. La orientación
fundamental tiene que ser única en todos los terrenos: en la estrategia y la
táctica, los objetivos básicos de la lucha, los mensajes que requiere cada
momento de la lucha y, por supuesto, las decisiones que hay que adoptar para el
desenlace. Sin estas condiciones se facilita el accionar del gobierno para
quebrar la lucha, sobre todo la infiltración de provocadores.
Desde el gobierno,
más de lo mismo.
El Ministro del Interior, como
todos los de Toledo y García, ha llegado a Cajamarca con la amenaza contra los
dirigentes y el pueblo. Aparentando un supuesto
motivo se fue a ordenar a la tropa enviada a Cajamarca para amedrentar al
pueblo y, de paso, sembrar la creencia de que los dirigentes y el pueblo en
lucha atentarán contra el país. Los
mismos métodos y las mismas triquiñuelas represivas.
El discurso brabucón del Ministro
Óscar Valdés refleja a un gobierno cuasi castrense y no democrático.
Como siempre ha ocurrido, el
gobierno “nacionalista” del Presidente Ollanta Humala se ha puesto al lado de
los 4800 millones de dólares de inversiones, dejando que las aguas del Conga se
conviertan en un reservorio de cemento que supuestamente las lluvias se
encargarán de mantener (¿?).
No en vano una encuestadora
revela que la aprobación al Presidente Ollanta Humala está subiendo en los
sectores A y B (Gran Burguesía y Burguesía Media), a diferencia de su bajada en
los sectores C y D (pequeña burguesía, campesinado y proletariado).
Los funcionarios progresistas que
forman parte del gobierno están haciendo malabares de pensamiento y discurso
para seguir manteniéndose fieles al “programa nacionalista”. Hasta el liberal y
socialdemócrata más radical, como Javier Diez Canseco, lanza sus discrepancias
sobre asuntos concretos y no sustanciales de la política económica y social del
actual gobierno. Su discurso sobre la
“inclusión social” no agrega nada a lo que ya se conoce como “humanización” del
modelo capitalista neoliberal.
Que el cerro Conga no sea
entregado al proyecto Conga. Tal es el objetivo central de la lucha actual del
pueblo de Cajamarca. Debiera de ser
también de todo el pueblo peruano.
Lima, noviembre 24 del 2011
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